POR: EDWIN HERNÁNDEZ LUCATERO
Gerente comercial de la división patrimonial de Heza Consultoría Integral
La vida pasa, el tiempo no se detiene; podrá gatear, caminar, trotar o correr, pero lo que nunca hará es detenerse. Un día de la adolescencia añoras cumplir 18 años, ya puedes abrir una cuenta bancaria, puedes acceder a tarjetas de crédito, empiezas a darte cuenta de que puedes ser cada vez más independiente y, sin darte cuenta, acabas de cumplir 30 años y el tiempo sigue corriendo… ¿Cómo te ves a los 65 años?: ¿Qué tal está tu cuenta bancaria?; ¿ya te retiraste?; ¿sigues trabajando?, ¿lo haces por gusto, o por necesidad?; ¿cuántas veces al año sales de viaje a pasearte? Decía el famoso cantante Juan Gabriel que ‘Dios perdona, pero el tiempo, a ninguno.’
¿Cómo sé cuándo debo empezar a ahorrar para mi retiro?
Para facilitar la planeación financiera de la vida, podemos dividirla en 3 etapas que detallo a continuación:
0 A 33 AÑOS: GASTO
En esta etapa está nuestra crianza y nuestra independización. Escuelas, Universidad, salidas con amigos, conocer, nuestros pininos laborales y probablemente la elección de nuestra pareja. Poco nos preocupa el futuro. Podemos cambiar de empleo o de proyecto, ya que vida aún hay mucha.
33 A 66 AÑOS: AHORRO
Aquí, de alguna forma ya es cuando se tiene la visión de consolidar nuestro patrimonio con total independencia económica; hacerse de bienes, proyectos familiares, escuelas de los hijos, y caemos en la cuenta de que la salud no es para siempre y deshacernos del empleo o negocio que ya se tiene no está en los planes.
66 A 99 AÑOS: GASTO
Hay muy remotas probabilidades de obtener un empleo, y pocas fuerzas para iniciar con un negocio. Es posible que a esta etapa ya lleguemos con una enfermedad, y es aquí cuando se presentan con mayor frecuencia y de característica crónica. Lo ideal es estar jubilado, con un seguro de gastos médicos, y si se trabaja que sea por placer o amor al arte.
